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rocioluna

Cobrar por leer: ¿un suicidio?

O si lo prefieren, como diría aquel: "¿pagar o no pagar?" He ahí la cuestión. Y es que no es para menos. Tenemos un soporte mundial, una información, por lo general, de calidad, y una audiencia continua imposible en otros medios, y si no se quieren suicidar empresarialmente no podemos cobrarla.
¿Cuál es la clave de lo tajante de la afirmación?. Una sencilla razón: Publicar en la Red es vender arena en el Sahara. Desde el punto de vista del lector la Red está repleta de mucha y buena información. Según José Antonio Millán, Internet tiene hoy unos 7,5 terabytes de información en la web superficial, fácilmente accesibles con buscadores, y hasta 7.500 terabytes de información en la llamada “web profunda”, en páginas dinámicas que acceden a bases de datos. La Biblioteca del Congreso de los EE.UU (la mayor del planeta) ocupa 20 terabytes.
¿Es posible diseñar información de alta calidad y no disponible en otras fuentes por la que el lector esté dispuesto a pagar?. Sí, aunque alcanzar la rentabilidad es casi imposible. Cuando el Wall Street Journal presume de ser el primer periódico online rentable por suscripción se olvida de aclarar que: la suscripción incluye tres periódicos (Asia, Europa, EE UU), 30.000 fichas de empresa y el histórico de esos periódicos; que el precio (algo más de 60 euros anuales) es ridículo; y, por último, que si incluyesen el coste de los contenidos de WSJ papel y la amortización de la marca, la rentabilidad se esfumaría.
Es cierto que existen bases de datos de pago, muchas de ellas creadas acumulando información pública. Por ejemplo: Hoovers Online Database organiza los datos de la SEC. Infotel usa datos de los tribunales, la CNMVy el Registro. Este tipo de datos son, por definición, públicos, pues los generan entidades estatales, y a corto medio plazo serán,inevitablemente, gratuitos. Igual que la SEC tiene EDGAR, que limita considerablemente la utilidad de Hoovers, el Registro Mercantil español tendrá que abrirse al público, como la CNMV que ya está en la Red.
La cruda realidad, para los defensores del pago digital, es que el lector tiene cientos de diarios impresos de todo el mundo, incluyendo publicaciones económicas y deportivas, disponibles sin previo pago, incluso sin suscripción. Y si el problema es localizar la dirección web de los medios impresos, la existencia de “Kioscos digitales” que organizan por países y temas las versiones de los diarios en red, nos hace la tarea del todo fácil.
En onlinenewspaper.com, por ejemplo, se pueden encontrar enlaces a más de 10.000 diarios de todo el mundo organizados por región. Los mismos se pueden hacer desde el sitio web del proyecto Internet Public Library mantenido por la Universidad de Michigan.
Pero la problemática no es sólo la información de calidad gratuita sino el hecho de que todo el mundo puede publicar en la Red. Las fuentes de un periodista pueden publicar en la Red. Los gobiernos y administraciones publicarán ingentes cantidades de información en abierto, e incontables expertos (jubilados, especialistas en su tiempo libre, aficionados expertos) comentan, analizan y filtran esos datos con maestría. Las más completas páginas de información sobre los temas más esotéricos suelen ser weblogs de aficionados. Gente que se gana la vida en otros trabajos: así que lo hacen gratuitamente. Su precio siempre será imbatible, porque el beneficio que obtienen es otro.
Expuestos nuestros argumentos, dígannos, ¿Han llegado a la misma conclusión?

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